jueves, 19 de febrero de 2009

El pico y placa de 18 horas en Bogotá. Entre el interés general y el particular

Hola,

La primera sesión de nuestro curso de Valores Constitucionales giró alrededor de la medida expedida por el Alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, de extender la prohibición de circulación de vehículos particulares de 6 a 14 horas por las calles de Bogotá. Esta decisión generó una gran polémica en los medios y ha sido objeto de todo tipo de consideraciones desde su anuncio hasta hoy.

Como las cosas no son blancas ni negras, sino que hay matices, decidimos suponer un juicio hipotético de la medida que mostrara las ventajas y desventajas de la medida. Aquí, las consideraciones en contra y a favor, así como un posible fallo. Advierto que estas posiciones reflejan solamente la opinión de sus autores y no pretende representar la que pueden tener la facultad ni la universidad.


REPUBLICA DE COLOMBIA

ARGUMENTOS EN CONTRA


Juliana Rincón, Paola Remolina, Juan Pablo Bustos, Jimena Velez y Xiomara Delgadillo


Para el año de 2009 el alcalde mayor Samuel Moreno en compañía de la administración distrital, decidió introducir una modificación a la medida del pico y placa de vehículos particulares, con el fin de mejorar la movilidad en la ciudad de Bogotá. Se considera que esta medida no es la más adecuada para el mejoramiento del tránsito, puesto que el problema de la movilidad es un tema que ha de ser estudiado con mayor detenimiento y cuyas soluciones han de ser consideradas con una perspectiva general de todas las consecuencias que pueden traer para los demás aspectos de la ciudad.


La modificación a la medida ya existente del pico y placa consiste en aumentar el horario de modo que corresponda a un horario de 6 a.m. a 8 p.m., de lunes a viernes, dejando igual la rotación de los vehículos que se tenía anteriormente. Respecto de lo anterior, se han presentado diversas opiniones que se oponen al plan implementado por la Alcaldía Mayor de Bogotá. Según el doctor Ricardo Monteczuma, experto en movilidad, la medida del pico y placa no se considera mala, solo que junto a ella se deben imponer otras medidas que controlen el uso de medios de transporte distintos de los vehículos particulares, ya que se teme que esta medida traiga consigo el incremento de vehículos y motocicletas, de modo que a mediano plazo, lo que se produciría sería que los ciudadanos tomen métodos alternativos de transporte que no corresponderían precisamente al transporte público. Continúa Monteczuma diciendo que se deben aplicar así mismo este tipo de medidas restrictivas del uso del medio de transporte a motocicletas y reforzar los controles sobre la utilización de los automóviles viejos. Igualmente, destaca que sería una buena alternativa la adopción de zonas de congestión, en las cuales o bien se establezca la medida, o se establezcan puntos de peaje, tal como se implementa en ciudades como Londres y Estocolmo.


Por otro lado, el Concejal de Bogota Carlos F. Galán, resalta que hizo falta un estudio nuevo acerca del impacto que iba a causar las obras del Transmilenio y de esta manera optar por la mejor medida. Así mismo, Galán señala que es evidente que en las horas pico, el flujo vehicular sigue siendo igual, salen de circulación los mismos vehículos que salían antes, se necesita acomodar una medida que ayude al flujo vehicular tanto en las horas pico como en las horas fácil, y por ello propone que se aumente el pico y placa para un 60% de vehículos al día y durante 4 horas por la mañana y 4 horas por la tarde.


El pico y placa durante todo el día acarrea consecuencias de carácter negativo como por ejemplo que la autoridad de tránsito reserve su función de control casi que exclusivamente al cumplimiento del nuevo horario de pico y placa por parte de los vehículos particulares, de manera que el control sobre el correcto funcionamiento del transporte público (es decir, el control respecto de que los buses realicen sus paradas solo en sitios autorizados) y de las zonas de parqueo (es decir, vigilar que las personas no parqueen donde no es permitido) se disminuya. Así mismo, se creará una situación de congestión humana (aun más grave que la actual) tanto en los buses de servicio público como en el sistema de Transmilenio (que los usuarios ya han rebautizado como “transmilleno”), lo que generará un posible aumento de la demanda de vehículos de este tipo que de acuerdo a cifras que muestran que son productores en su mayoría del conocido efecto smog, son uno de los principales agentes contaminantes y por ende, el fin ecológico (fin secundario de la medida) no se verá satisfecho, sino que por el contrario, se agravará. Esto último en compañía si se quiere de otra consecuencia desfavorable consistente en la poca movilidad en la ciudad, debido a que, con el aumento del número de vehículos de transporte público (vgr. buses) la congestión en las vías no se verá disminuida, sino que no presentará modificaciones respecto de la actual, o en el peor de los casos, empeorará, teniendo en cuenta el tamaño de estos vehículos y el de las vías de la ciudad, lo que, como se bien se entiende, no cumpliría con el fin primario por el cual se tomó la decisión de adoptar esta medida del pico y placa durante todo el día para los particulares. Y ello no se queda allí, ya que como un efecto adicional a aumento del número de buses y demás medios de transporte público, está el empeoramiento de la infraestructura de la capital (entendiendo ésta como las vías vehiculares) puesto que, tal como nos muestra la realidad de la ciudad, las vías construidas en Bogotá, en su mayoría no son aptas para este tipo de vehículos en razón de su peso, y como es obvio, un perjuicio en el tema vial genera un perjuicio en el tema de movilidad.


De lo anterior se deduce pues que es importante un mejoramiento de las condiciones y calidad de las vías e infraestructura en general de la ciudad (incluyendo puentes vehiculares, avenidas, etc.), al igual que en todo el tema referente a la señalización y semaforización; ello en concordancia con un refuerzo en la cultura ciudadana en lo concerniente a las zonas de parqueo, el no uso de los andenes para el estacionamiento de los vehículos y el respeto en general de las normas del Código de Tránsito.


Ahora bien, observamos igualmente que la medida en cuestión es contraproducente para la economía, debido a que limita mucho la movilidad de un gran número de ciudadanos cuyo sustento económico (propio y de sus familias) depende del carro, pues en muchos casos, especialmente en el caso de los de trabajadores independientes, no se trata de un bien de lujo, sino de una herramienta de trabajo, lo que trae como resultado un preocupante aumento de la tasa de desempleo, que a largo plazo puede conllevar a un aumento de la inseguridad en la ciudad. Y este incremento en el desempleo no solo se ocasionaría por aquellas personas que dejan de obtener ingresos a través de sus vehículos, sino que también otros que se verían gravemente afectados con la medida son los trabajadores de los distintos talleres de mecánica automotriz, quienes serán víctimas de una baja notoria en el número de clientes que sustentan sus negocios.


Otro efecto económico negativo a destacar viene a ser el referido por el ex alcalde Jaime Castro que hace alusión a la baja en las ventas de gasolina como producto de la disminución del uso del carro particular. Esta baja en las ventas conllevaría un efecto negativo para la financiación del municipio, y en el peor de los casos, para la financiación del país, teniendo como punto de partida que Bogotá como capital es la ciudad que más recursos aporta a la economía nacional, no solo en el tema de tributación, sino también respecto de las actividades económicas.


Finalmente, se puede decir a modo de conclusión que la ampliación del Pico y Placa puede generar controversias de todo tipo, en la medida en que puede llegar a constituir una violación de un derecho de las personas, puesto que la tributación en materia de vehículos (impuestos de rodamiento) no se vería reformada proporcionalmente al cambio introducido en los horarios del uso del carro, de modo que el precio que los contribuyentes estarían pagando por el uso del carro menos días de la semana sería el mismo que pagaban cuando lo usaban a diario (así fuera por un determinado lapso de tiempo), lo que no es coherente con los fines de la administración pública. De ello que es de suma relevancia que la ampliación del Pico y Placa con su limitada efectividad, se tome en concordancia con el sinnúmero de aspectos adyacentes que no se pueden desconocer en virtud de la organización de la ciudad en general y en afinidad con el plan de gobierno del actual alcalde. Es por esto que cerrar los ojos frente a los principales generadores de inmovilidad genera diferentes problemas sociales y económicos y por lo mismo, no debemos enfocar la atención en un solo aspecto del tema de movilidad como si se tratara de un punto individualizado, sino que es necesario tener en cuenta todo el conglomerado de efectos que están detrás de una decisión política.



ARGUMENTOS A FAVOR


Fabio Camilo Duarte, Maria Margarita Prada, Valentina Restrepo Ospina, Catalina Rubiano Soler, Amparo Solano


En los últimos años en la ciudad de Bogotá se han venido presentando grandes inconvenientes por el problema de movilidad. Para nadie es un misterio que el centro del problema es que no hay una infraestructura adecuada para la cantidad de personas que necesitan desplazarse y es por eso que la Alcaldía Mayor de Bogotá en cabeza de Samuel Moreno Rojas, ha empezado a tomar algunas medidas para hacerle frente al problema.


El pasado 19 de enero se empezó la construcción de la fase III de Transmilenio, esto ha generado la imposibilidad de hacer uso de varias vías importantes y por consiguiente hay más congestión en las vías habilitadas. Como respuesta a este problema, se ha tomado la medida de establecer Pico y Placa durante dos días a la semana de 6 am a 8 pm para vehículos particulares, durante los próximos dos años. Con esto se busca ayudar a que el tema de movilidad no se empeore y en cambio si empiece a solucionarse.


El desarrollo de una sociedad se debe medir directamente con la calidad de vida de los ciudadanos la cual se logra centralizando las políticas en factores que permiten satisfacer las necesidades de las personas. Mejorar la movilidad sería un factor que ayudaría directamente a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, elevando su disponibilidad y su eficiencia para así lograr una mayor productividad. El problema de movilidad, implica mayor tiempo en circulación, mayor estrés en las personas y menor tiempo para sus respectivas actividades. Por todo lo mencionado anteriormente y por ser el principal interés del Estado procurar bienestar a la comunidad, por medio de políticas públicas se deben promover medidas como la de Pico y Placa.


Esta disposición tuvo una respuesta negativa por parte de algunos sectores (comerciantes e industriales), estos sustentan que se están viendo perjudicados e imposibilitados a cumplir sus obligaciones por no poderse movilizar en su auto. Vale la pena resaltar que solo aproximadamente un 20% de los habitantes de Bogotá son propietarios de vehículos particulares mientras que un 80% restante se moviliza en trasporte público. En atención a éstos porcentajes y con fundamento en lo articulo 1 de nuestra Carta Política referente a la prevalencia del interés general, podemos afirmar que la administración distrital en función de las competencias constitucionales de gestionar sus propios interés como entidad territorial que es, debe analizar la situación desde la perspectiva de los grupos afectados y tomar la decisión de restringir de manera legitima la libertad de locomoción de los habitantes propietarios de vehículos particulares del Distrito.


En el artículo 24 constitucional se expresa: “Todo colombiano, con los limitaciones que establezca la ley, tiene derecho a circular libremente por el territorio nacional, a entrar y salir de él, y a permanecer y residenciarse en Colombia”. Las medidas de la Alcaldía Mayor de Bogotá examinadas ante esta consagración del Estatuto Superior no presentan ninguna incongruencia, ya que en concordancia con la sentencia 483 de 1999 de la Corte Constitucional la limitación a la libertad de locomoción obedece a criterios de necesidad, racionalidad, proporcionalidad y finalidad, criterios observados en el plan a largo plazo del Distrito. Adicionalmente, en jurisprudencia de la misma corporación se resalta la importancia del servicio de transporte público como medio para poder ejercer la libertad de locomoción, incluyendo una referencia acerca del papel que desempeña el Transmilenio (Sentencia 595 de 2002).


Otro de los temas de discusión después de haberse dado a conocer las medidas implementadas por el Gobierno Distrital es el atinente a la rebaja del impuesto de vehículos. Los propietarios de automotores particulares exigen una reducción de dicho tributo debido a la mayor restricción con el nuevo Pico y Placa. Consideramos que la exigencia no tiene fundamento ya que el hecho generador del impuesto es la propiedad o posesión de un automóvil matriculado en Bogotá, no la posibilidad del ciudadano de movilizarse de manera regulada. El impuesto sobre vehículos automotores se creó por la ley 488 de 1998, es una renta nacional cedida a los departamentos, el Distrito Capital y los municipios, en calidad de beneficiarios; así que los sujetos pasivos, es decir, los propietarios o poseedores de los vehículos gravados están en la obligación de pagarlo conforme a la normatividad vigente. Las características propias del impuesto tales como contribuir al financiamiento de los gastos y las inversiones del Estado, no vinculación con la actividad estatal nos permiten deducir que no se puede confundir con las contribuciones en las cuales el contribuyente si espera recibir beneficios concretos.


Es preciso aclarar que Pico y Placa no es la única solución que se esta trabajando ante el problema de la movilidad, además de que en los próximos dos años se harán los mayores cambios de infraestructura en la historia de Bogotá, de manera inmediata también se están llevando a cabo restricciones para los otros vehículos automotores como buses, taxis, motos y transportes de carga. Se están construyendo más bahías en la ciudad para que los carros no parqueen en la calle, se están creando medidas tecnológicas que significarían un mayor control del tráfico vehicular, se está incrementando el número de transmilenios en circulación.


El punto que adquiere importancia en esta problemática es la participación ciudadana como elemento que caracteriza el sistema democrático que sustenta nuestro ordenamiento, son los integrantes de la sociedad capitalina los directamente beneficiados con las medidas de movilidad, así que el Gobierno Distrital debe promover por los medios idóneos a su disposición todos los instrumentos para los ciudadanos se pueden involucrar eficazmente en el proyecto de una Bogotá con una adecuada infraestructura. Gestionar y focalizarse en esta vertiente de la política de movilidad es el paso para la creación de más conciencia ciudadana y así en la medida en que esta empiece a tomar fuerza, habrá un mejor impacto en el cumplimiento de las nuevas normas, ya que los habitantes estarían contribuyendo concientemente al respeto del Pico y Placa y otros, cuyo resultado final será el beneficio de todos, empezaríamos actuar en pro de uno de los valores fundamentales de la Constitución: la solidaridad. Esto se puede lograr con campañas y con más participación de los habitantes, de tal manera que la ciudadanía se sienta comprometida con la medida.


Con la extensión de Pico y Placa no se busca solucionar por completo el problema de movilidad, como ya se ha mencionado se tiene absoluta claridad de que el problema se encuentra en la infraestructura y es por esto que mientras se trabaja en ello como solución a la largo plazo, para empezar a actuar lo antes posible, también se deben tomar medidas de corto plazo y una de estas es el nuevo Pico y placa.


No podemos decir que la medida de Pico y Placa va a funcionar tal cual como lo esperamos ni podemos decir que va a fracasar rotundamente como pasó en Ciudad de México (ésta es una ciudad cuyas dimensiones no pueden compararse con Bogotá). La medida que está tomando la Alcaldía es simplemente una prueba, una medida que se ha tomado para empezar a actuar y no quedarse con las manos cruzadas ante una realidad, y que en todo caso está constituida por políticas dispuestas a modificaciones y cambios, según se vayan presentando las cosas.


Al igual que en situaciones de justicia transicional, para llegar a un bien colectivo a veces nos toca ceder y pasar por situaciones que seguramente no son del todo deseadas, algunos se van a ver afectados económicamente pero a la vez otros se van a ver favorecidos, la comodidad de algunos se va a ver afectada pero dentro de un tiempo los beneficiados vamos a ser todos, por lo tanto debemos tomar conciencia y tener en cuenta que todo esto es por llegar a una Bogotá mejor!



UNA POSIBLE SOLUCIÓN


Catalina De Zubiria, Laura Marcela Rubiano


Por medio de decreto el Alcalde Mayor de Bogotá amplia el horario de “pico y placa” para los vehículos particulares que transitan en Bogotá, extendiendo la restricción de 6am a 8pm. Para analizar la conveniencia o no de dicha medida es necesario tomar en cuenta aspectos jurídicos, sociales, políticos y económicos que tienen directa relación con la restricción.


Después de haber tomado en consideración ambas posiciones encontramos pertinente señalar los siguientes aspectos que sirvieron de sustento para la decisión que se tomó:


1. Entendiendo el problema que en este momento afecta la movilidad en la cuidad de Bogotá, se encuentra la necesidad de implantar medidas que permitan solucionar esta crisis transitoria consecuencia de la fase tres de transmilenio. En este orden de ideas se podría ver como una solución las 14 horas de “pico y placa” para los vehículos particulares, viendo en dicha medida las evidentes ventajas que trae, pues al salir diariamente más de 530 mil vehículos de circulación, habrá menos vehículos en las calles


2. Un efecto positivo aunque secundario a la medida, es el beneficio al medio ambiente, teniendo en cuenta el alto grado de contaminación de la ciudad, ésta disminuirá a razón de la disminución de vehículos circulando.


3. El bienestar general por encima del particular como principio rector de una democracia que nos caracteriza, nos permite encontrar la razón en que si efectivamente la movilidad en Bogotá va a mejorar para la gran mayoría que son los que se usan el transporte público, parece acertado que, una minoría como los propietarios de vehículos particulares, sean sometidos a esa restricción que beneficiara a la colectividad.


4. Siguiendo la línea de argumentos a favor de esta medida queremos señalar que no existe una violación al derecho de libre locomoción puesto que la medida no esta impidiendo que los ciudadanos circulen por la ciudad sino que establece una restricción en cuanto al medio de trasporte que se usa para dichos fines, es decir, que se esta facilitando la locomoción de toda una comunidad en virtud de una restricción para los propietarios de vehículos particulares.


5. Sin embargo y aceptando dichos beneficios encontramos aspectos jurídicos que atacan esta medida, esto sucede con la manifestación soberana del pueblo cuando en consulta popular en el año 2000 respondieron “si” a UN día sin carro. El establecer pico y placa todo el día evidentemente desconoce la voluntad del pueblo.


6. En este orden de ideas, señalamos que no parece acorde con la idea de justicia lo relativo al impuesto de rodamiento, puesto que el mismo se hace particularmente contradictorio cuando se afirma que el impuesto no será disminuido; pues las posibilidades de “rodamiento” de cada propietario serán mucho menores al establecer que no podrán sacar su carro dos días a la semana.


7. De igual forma es necesario ahondar en los efectos económicos que esta medida trae consigo, pues es menester señalar la afectación al derecho al trabajo, esto sucede en los casos de personas que utilizan su vehículo particular para generar el sustento diario como pequeños empresarios que transportan sus mercancías de un lado a otro en la ciudad, un caso más de trabajadores que se verían afectados son los mecánicos, que al haber menos carros en circulación, verán aminorado su nivel de actividad diaria y por lo mismo su ingreso. Otro caso de afectación económica es el de la sobre tasa a la gasolina, pues a menos circulación menos consumo, lo cual puede traer un efecto devastador para las finanzas del Estado.


8. Igualmente encontramos un aspecto político que puede ser causa de esta medida tan repentina y que de alguna forma nos cuestiona sobre el estudio de los efectos de esta decisión por parte de la Alcaldía; la presión que se ejerció sobre el Alcalde Samuel Moreno debido a las grandes criticas que cada vez se acrecentaban sobre su administración, al parecer fue una medida tomada sin el tiempo y la reflexión que la misma necesita, pues es evidente que no se tuvieron en cuenta aspectos como la mejora de infraestructura vial diferente de las vías de transmilenio, no se dimensionó el efecto que esto traería en la economía, se dejaron de lado aspectos jurídicos relevantes y prueba de esta premura en la toma de dicha decisión, son las mismas afirmaciones de la Alcaldía al decir que esta medida estará sujeta a modificaciones posteriores.


Consideramos que la Alcaldía debió haber realizado estudios previos que le permitieran implantar la medida con todos los complementos necesarios, no simplemente con vagas afirmaciones de mejoras futuras, pues medidas como estás que afectan de manera tan clara a la ciudadanía, no pueden ser tomadas ligeramente. Es por esto que le pedimos a la Alcalde suspender la medida provisionalmente hasta que se cree un plan integral de solución a los problemas planteados. En primer lugar nos permitimos sugerir la creación de conciencia ciudadana para el no uso del carro, pero no de una manera impositiva sino ofreciéndole medidas a los propietarios de vehículos particulares, para que puedan ver en el uso de transporte publico una buena solución, esto es posible lograrlo no solo a través de mayor número de buses de transmilenio circulando sino también mejoras al servicio publico que no hace parte del sistema integrado esto es, buses, colectivos, busetas y taxis; siendo garantistas en cuanto a la seguridad en estos medios de transporte y la eficiencia de los mismos en lo que se refiere a velocidad y comodidad (infraestructura vial), esto evitara que clases altas vean la necesidad de la adquisición de otro automóvil para que su situación no se vea modificada, pues de hacerlo la medida no surtiría efecto y por el contrario, los días en que no existe ninguna restricción habrá más vehículos en circulación; lo mismo sucedería en el aspecto de las personas que quieren evitar la medida, pues al no existir conciencia de no uso de carro, puede haber una tendencia a la ilegalidad en cuanto a cambios de placas y mecanismos similares para evitar la restricción.


En segundo lugar queremos de nuevo hacer énfasis en la necesidad de vías y de infraestructura que permita soportar las altas tasas de movilidad capitalinas, pues aquí en Bogotá se ha desestimado por la administración el crecimiento anual de la población y por lo mismo de vehículos particulares, en este orden consideramos absolutamente necesaria la inversión en avenidas, autopistas, puentes entre otros.


De igual forma pedimos a la Alcaldía que revise los montos a pagar del impuesto de rodamiento para que el mismo sea ajustado a la medida que se pretende implantar, así como la revisión de las consideraciones referentes a personas que trabajan y por lo mismo viven de una determinada actividad con su vehículo. Si la alcaldía revisa y concilia de una manera REAL y EFECTIVA todos estos planteamientos se realizará una posterior evaluación de circunstancias teniendo en cuenta que por ser una medida temporal puede convertirse en la solución a la congestión que se presenta debido a la construcción de la fase tres de transmilenio.


REPUBLICA DE COLOMBIA

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